¿Qué es BPM o gestión de procesos de negocio?

Seguramente habrá leído en algún periódico de información bursátil o en suplementos especializados estas siglas: BPM. Pero, ¿qué hay detrás de estas tres letras?

BPM procede de Business Process Management (traducido al castellano como gestión de procesos de negocio) y es una de las metodologías de trabajo más usadas en empresas (tanto en PYMES como en multinacionales).

La gestión de procesos de negocio permite, entre otras funciones, optimizar los procesos productivos dados en los diferentes departamentos de una corporación, además de un considerable ahorro de tiempo y dinero a medio –largo plazo.

En un contexto empresarial y social complicado, en el que optimizar recursos para obtener resultados excelentes se convierte en una máxima empresarial, no es de extrañar que cada vez más empresas implanten BPM. Por si fuera poco, con la gestión de BPM puede controlar la visibilidad, el modelado y la gestión de las diversas productivas de su empresa.

El BPM representa una serie de actividades o pasos de tareas que incluyen personas, aplicaciones, eventos y actividades de negocio, además de organizaciones. El BPM o gestión de procesos de negocio puede relacionarse con otros procesos de mejora como Six Sigma.

¿Cuándo surge el BPM o gestión de procesos de negocio? 

Diferentes expertos consideran que el modelo de gestión japonés, principalmente el sistema productivo establecido en Toyota durante la década de los 80, supone el inicio del BPM. Posteriormente y con la aparición de diversas normas internacionales de calidad, se impuso la implantación de este sistema estructural basado en la gestión de procesos.

Pero para que la gestión de procesos de negocio sea realmente rentable y eficaz en el interior de las empresas, es necesario contar con un conjunto de herramientas que den el soporte necesario para garantizar el cumplimiento. Conocidas como Business Process Management Software (o BPMS en inglés), estas técnicas tienen una notación común denominada a su vez Business Process Modeling Notation (BPMN). Otras cuentan con una notación propia y son capaces de generar un código específico.

Con una solución integrada como es BPMS, la empresa puede automatizar de forma cómoda y sencilla cualquier proceso interno que tenga que ver con Recursos Humanos, Control de Calidad, Compras, Relaciones con el Cliente (CRM), Gestión de Riesgo, Venta y posventa, Facturación, Administración, etcétera.

Una de los aspectos quizás menos amables de la gestión de procesos es el conocido efecto silo. Bajo esta descripción se incluyen una serie de problemas de comunicación e información ante el establecimiento de prioridades laborales que suele darse en las empresas al pasar de una organización tradicional al BPM. El efecto silo es opuesto al enfoque general donde lo importante es el proceso en conjunto y no los intereses o funciones definitorias de cada departamento.

Un ejemplo gráfico ayudará a comprender perfectamente esta situación. Una organización clásica o departamental tiene una estructura vertical, segmentada y dividida en áreas concretas, mientras que la gestión basada en procesos se presenta como un conjunto de líneas horizontales y continuadas en el tiempo.

La cadena de valor como concepto clave

Otro de los conceptos más comunes y relacionado con la gestión de procesos es la cadena de valor. Se trata del modo en el que se desarrollan las acciones y las actividades en una empresa. Es un término de gran importancia en BPM porque ayuda a distinguir diferentes eslabones interconectados entre sí y presentes en el circuito productivo. Así, existirán las actividades primarias, enfocadas a la elaboración de los bienes y mercancías, las acciones de apoyo, muy valiosas en cualquier empresa, además de otras acciones concretas e imprescindibles para el buen transcurrir de una compañía.

La implantación de BPM en la empresa

En la implantación de la gestión de proyectos hay que plantearse cuál es la finalidad de este procedimiento. La mayoría de las empresas no solo buscan optimizar tiempo y recursos monetarios sino también determinar el grado de satisfacción de los clientes al consumir bienes y productos. La gestión de procesos permite determinar, analizar y evaluar (entre otras funciones) aspectos relacionados con la calidad de una mercancía, métodos de producción, tiempo de entrega del producto o incluso el precio.

Tras el análisis en profundidad de los procesos pueden detectarse fallos, defectos, anomalías o incluso errores que pueden subsanarse tras aplicar los cambios oportunos. Por lo tanto y gracias a BPM, las empresas logran ser más eficaces y eficientes no solo en los tiempos de trabajo sino en la relación con el cliente final. Pero no es la única ventaja de BPM. La gestión de procesos permite definir la situación del proceso actual y las posibles mejoras a realizar, conocer las funciones estratégicas, analizar y comparar diferentes escenarios relacionados con los procesos, controlar las métricas definidas, además del desarrollo de nuevos procesos basados en la innovación.

En CTI somos expertos en la aplicación y puesta en marcha de gestión de procesos de negocio. A lo largo de estos años, diversas empresas han confiado en nuestro buen hacer, calidad de los servicios y profesionalidad en la implantación de BPM y de otros servicios. Póngase en contacto con nuestro personal técnico especializado y verá cómo a partir de ahora su negocio comienza a generar los beneficios que espera

CSO

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